“Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin”. (Eclesiastés 3:11)

Una vez, una linda joven preparaba un delicioso pastel para regalarlo a un gran amigo en el día de su cumpleaños. Ella quería agradarlo, quería complacerlo con este regalo, y cuando al fín hubo terminado la mezcla, la colocó en el  horno y solamente debía esperar el tiempo establecido. Pero su impaciencia fue tanta que no pudo aguantar y sacó el pastel antes de tiempo.

Por fuera se veía delicioso, apetecible, pero por dentro estaba crudo, la masa no estaba lista y los ingredientes no se habían cocinado correctamente. Su intención era tener un detalle con su amigo, agradarlo, hacerlo sentir especial, pero se apresuró, se impacientó y echó a perder un pastel que hubiese sido dulce y delicioso.

¿Sabes? Al igual que esa joven, muchas veces nosotras echamos a perder nuestra vida, solo por no esperar que las cosas sucedan en el hermoso tiempo de Dios. Al igual que un pastel, una sierva de Dios debe pasar por  grandes procesos en su vida hasta llegar a ser la obra perfecta que Él quiere que seamos. Esperar en El muchas veces no es tarea sencilla; requiere entrega, desprendimiento, hacer morir mi yo, y Fe. Creer que aunque no lo vea Dios esta elaborando un plan perfecto, única y exclusivamente para mí, y que su mayor deseo es que yo viva en la plenitud de su gozo; esa vida que desde antes de la fundación del mundo ya había diseñado para mí.

Puede que en este momento al igual que el pastel, estés dentro de un horno, en circunstancias negativas, en  situaciones desfavorables y con muchas vicisitudes, pero recuerda !En el perfecto tiempo de Dios podrás salir victoriosa, con una vida renovada, apetecible a los ojos de los demás! De propia voz podrás testificar las grandes maravillas que él ha hecho en tí. Busca agradarle de todo corazón y tan solo espera en El.

Esperar el tiempo de Dios, es la única manera de que seamos obras perfectas y agradables a El.

Oración: Señor, perdona mi impaciencia. Realmente debajo del cielo todo tiene su tiempo, y el Tuyo es el perfecto. Ayúdame a tener esa convicción y depender de Tí. En el nombre de Jesús, Amén.

Alabanza Sugerida: Cada Día, Pecos – http://www.youtube.com/watch?v=mIJVD94hwVY


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