Y Ana le respondió diciendo: No, Señor mío, yo soy una mujer atribulada de espíritu, no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. (1 Samuel 1:15)
¡Qué situación la de Ana! No solo llevaba en su alma el dolor de no concebir, sino que se le añadía el hecho de sufrir la burla y el desprecio de su rival. Las constantes molestias de Penina no solo la irritaban, enojaban y entristecían, sino que también lloraba y no podía comer.
¡Cuántas veces estamos en situación de semejante amargura y tristeza! ¡Cuántas veces nuestras fuerzas se terminan y no podemos levantarnos! ¡Cuántas veces esperamos y esperamos, y es en vano! ¡Cuántas veces la oscuridad en la noche con su silencio son testigos de nuestros desvelos y lágrimas!
Ana, no sabía cómo resolver su problema pero acudió a quién sí podía y sabía. ¡No fue a los médicos o al juez, no se quejó con su esposo! Imploró al único que tenía el poder. «Jehová de los ejércitos, si te dignares a mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva.» (1Samuel 1:11)
Al igual que Ana, llevemos ante nuestro Dios el motivo de nuestra aflicción, dolor y llanto; levantémonos, vayamos ante su presencia derramando nuestras almas, estando convencidas que ¡Él es el único que nos puede ayudar! Esperando con plena certidumbre de confianza de que tiene la solución, que a su tiempo y según sus designios los resolverá para que, al igual que Ana, podamos decir: «Mi corazón se regocija en Jehová, mi poder se exalta en Jehová, mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación» (1 Samuel 2:1)
Oración: Señor, concédenos la gracia suficiente para poder acudir a Tí y esperar en Tí; y, al esperar, poder crecer en el conocimiento de Tu persona, de Tu gracia y gran poder, para que al finalizar nuestra tribulación salgamos fortalecidas. Toma nuestros problemas y toma nuestras vidas. En el nombre del Señor Jesús, amén.
Alabanza Sugerida: En Medio de la Angustia, Face2Face – http://www.youtube.com/watch?v=pWM_AmAq3YU