Ya casi a finales de un año, nos sentamos a planear y pensar en el siguiente.  Hacemos promesas y  planes.  En nuestros lugares de trabajo, participamos en aquellas reuniones para establecer nuevas metas y objetivos.  El cronómetro es puesto otra vez en cero, para reiniciar a partir del 1ro de enero.

Es también una época en la que analizamos cómo nos fue y hacemos correcciones para no repetir los mismos errores.  Sin embargo, no hacemos mucho énfasis en ver el año en retrospectiva. Más bien, la tendencia es mirar siempre hacia el futuro.

El Profeta Samuel durante su gran lucha contra los Filisteos, hizo lo siguiente:

Después Samuel tomó una piedra, la colocó entre Mizpa y Sen, y la llamó Ebenezer, «El Señor no ha dejado de ayudarnos.» (1 Samuel 7:12  NVI)

Si leyéramos en contexto todo el Capítulo 7 del Libro de Samuel, podríamos leer cuántas luchas tuvo el pueblo de Israel  hasta que Dios les dió la victoria.

De igual manera, todas nosotras, estoy segura que sin excepción, hemos pasado todo el año 2015 peleando contra todo tipo de dificultades.  En mi situación personal he sido atacada con problemas de todo tipo: Desde salud hasta las finanzas.  Entre una cosa y la otra,  sí he de reconocer que Dios ha sido bueno conmigo y toda mi familia, y entre lucha y lucha siempre ha habido una bendición.

Por lo tanto, he decidido que pondré mi Ebenezera la vista cuando empiece a enfrentar nuevos  retos en el año que se avecina, porque hasta aquí, con todo esto, DIOS NO HA DEJADO DE AYUDARME. Para decirlo en otra versión que puede ser más conocida por todas: “HASTA AQUÍ ME HA AYUDADO DIOS”.

Quisiera de igual manera pasarte este reto a ti, mi hermana y amiga.  Coloca tu Ebenezer a la vista, no sólo para que lo recuerdes tú, sino que también sea de testimonio a los demás que no conocen al Señor.

Más que hacer planes, pasemos revista a todo lo bueno que Dios ha sido con nosotras.

Cuando lo hacemos así, el ejecutar los planes futuros se tornará más llevadero al llegar la  oposición, pues sabemos a ciencia cierta, que Dios no cambia. Si hasta ahora nos ha dado su soporte y bendición hasta aquí, lo hará una y otra vez.  Somos su pueblo, y lo seguiremos siendo.

Danos tu testimonio… Cuéntanos cómo Dios te ayudado hasta aquí.

¡Dios te bendiga y te guarde! ¡Felíz Año!

Selah


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