Jesús extendió la mano y le tocó… (Mateo 8:13)
En el mundo sólo hay unas manos más tiernas que las de una madre: las manos de Jesús.
El Evangelio de Mateo registra tres toques de esas divinas y tiernas manos:
- El toque de limpieza. Un leproso se acerca a Jesús pidiendo limpieza (Mateo 8:13). No importa a las profundidades de inmoralidad que el pecado nos haya arrastrado, hay poder en Jesús para darnos limpieza total.
- El toque de paz. Una señora estremecía la cama con los fuertes temblores que acompañan su intensa fiebre. Jesús la toca y la fiebre es sustituída por una perfecta calma (Mateo 8:15).
- El toque de luz. Dos ciegos rogaron vehementemente a Jesús que les devolviera la visión. El Señor Jesús les toco y los ojos de ellos fueron abiertos (Mateo 9: 29-30). Jesús dijo que él es la luz del mundo y el que le sigue no andará en tinieblas.
En un mundo donde reina la confusión, necesitamos un toque de Su gloria. El toque de Sus manos amantes y tiernas que traigan paz a nuestra vida, limpieza a nuestro corazón, y luz espiritual a nuestro ser.
Si tu vida hoy está convulsionada por la angustia, la ansiedad, o la desesperación, es porque ¡necesitas urgentemente un toque de las manos tiernas de Jesús que traiga paz a tu alma! Recibe tan tierno toque rindiendo tu vida enteramente a él.
Oración: Padre, en este momento rindo mi vida a Tí. Limpia mi corazón, dame de Tu paz e ilumina mi camino. En el nombre de Jesús. Amén
Alabanza: Ante El Toque De Tu Gloria, IValdez – https://www.youtube.com/watch?v=sc2Oy3_q_xg
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