“Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan” (Lucas 11:27-28).
Con todo y lo importante que es la maternidad, así como bello pueda ser nuestro cuerpo, nada se compara ni es más precioso a los ojos de Dios que la obediencia.
Jesús dejó esto bien en claro cuando de entre la multitud una mujer le gritó: “Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste”.
Por su respuesta debe quedarnos claro que lo más importante en una mujer “no es”:
- Su vientre
- Sus senos
- Su cuerpo
Lo más importante es nuestra obediencia. Eso fue lo que propició que María fuera escogida como madre de Jesús, y bienaventurada entre todas las mujeres.
¡Eso mismo le agrada a Dios de tí y de mí!
Oración: Padre gracias porque nuestra valía no está en nuestra capacidad de ser madre ni en el cuerpo; sea escultural o no, que tengamos. Permíteme entenderlo y preocuparme por desarrollar mi disposición a obedecerte siempre. Por Cristo Jesús, amén.
Alabanza: Aun En Medio Del Dolor, TWICE – https://www.youtube.com/watch?v=rAcUagMmYRE
Violeta Guerra para Maestras del Bien – © 2016 www.maestrasdelbien.org