“ y renovaos en el espíritu de vuestra mente” (Efesios 4:23).
Una cosa es ser libre y otra es vivir en libertad.
Israel era libre pero vivió siempre preso de sus pensamientos. A tal causa nunca disfrutó a plenitud la bendición de ser el pueblo escogido de Dios.
Pablo en cambio, estando encarcelado, vivió en completa libertad. Y fue desde la cárcel que escribió la carta magna del gozo; Filipenses. En ella él le repetía a los creyentes que sí estaban en completa libertad: “Regocijaos, otra vez os digo regocijaos” (Fil 4:4).
No existe peor cárcel que la mente humana. Ella nos paraliza, nos ata, nos condena, y nos hunde en la más miserable de las prisiones sin necesidad de grilletes ni barras de hierro. Ella nos aprisiona mediante pensamientos y sentimientos que nos manejan a su antojo.
Por esto Pablo nos manda a renovarla (Ef 4:23) y fijarla en: “todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad ” (Fil 4:8). Si así hacemos Cristo; nuestro Gran Libertador, la podrá saturar de Su verdad, y seremos “verdaderamente libres”.
Oración: Señor gracias porque soy libre, pero también quiero vivir en libertad. Ayúdame a fijar la mente en las cosas de arriba para liberarla de las ataduras que me mantienen cautiva de los engaños y las inmundicias este mundo. Por Cristo, amén.
Alabanza: Me Has Dado Libertad, JARomero – https://www.youtube.com/watch?v=iSI2xXKD5Ps
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