“Y Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación. Antes que naciesen los montesy formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios” (Salmo 90:1-2).
Todo en la vida de este lado del sol es transitorio.
Pedro, Juan, David y el mismo Señor Jesús hablaron del aspecto temporal y cambiante de las cosas. Sin embargo, sí existe uno eterno e invariable; ¡Dios!
Qué bueno es saber que en medio de un mundo en constante cambio y lleno de relativismos, hay alguien que nunca cambia, que es veraz, y que nos provee de principios absolutos. Al carácter permanente e invariable de Dios se le denomina “inmutable”. Inmutable significa que Dios no cambia. Que no varía. Que es el mismo ayer, hoy y por los siglos (Heb 13:8).
El es inalterable en:
- Su naturaleza
- Sus atributos
- Su consejo
- Su amor
Esto implica que Dios no es inconsistente con lo que dice, hace o planea. El es totalmente confiable. Su inmutabilidad garantiza su Palabra, el cumplimiento de sus promesas, su actitud hacia el pecado, su programa escatológico, sus propósitos, y su amor hacia nosotras.
¡Que afortunadas!
Oración: Gracias Señor por ser mi Roca inconmovible. Gracias porque Eres la base de mi seguridad y estabilidad. En el nombre de Jesús, amén.
Alabanza: Abre Mis Ojos, DMontero – https://www.youtube.com/watch?v=CCTed3mSfRU
Violeta Guerra para Maestras del Bien – © 2016 Derechos reservados www.maestrasdelbien.org