“Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen”. (Éxodo 14:15)
¡La oración es un llamado a la acción!
Muchas creen erróneamente que orar a Dios implica estar inactivas. Mientras es cierto que la Palabra de Dios nos manda: “estad quietos y conoced que yo soy Dios” (Sal 46:10), esto no significa estar de brazos cruzados. Lo que sí nos llama a hacer es a poner nuestra confianza en Dios mientras observamos como él obra poderosamente en medio de nuestras circunstancias. Pero jamás nos libera de la responsabilidad de hacer lo que está naturalmente dentro de nuestra capacidad y control.
Existe la falsa concepción de que al orar a Dios por alguna sanidad o resolución de algún problema, que eso implica que debemos desistir de la ayuda médica, de tomar los medicamentos, de dejar de trabajar porque el pan lo traerán a nuestra puerta, o de no apoyar económicamente porque Dios bajará una bolsa de dinero del cielo, cuando la verdad es que el Señor provee naturalmente a través de su pueblo, y aún de incrédulos cuando ponemos diligencia de nuestra parte.
Mas bien lo que la Escritura enseña es que el que no trabaja que tampoco coma (2 Ts 3:10), y por otro lado que debemos pedir y se nos dará; buscar y hallaremos; llamar y se nos abrirá (Mt 7:7). O sea, clamar y actuar.
Existen muchas personas que a pesar de seguir las instrucciones médicas y hacer todo cuanto está a su alcance no sanan. Lo que implica que aunque vayamos al médico, Dios sigue estando en control y siendo el Sanador. El poder sanador no está en el doctor, las prescripciones o el tratamiento. Sin el poder sanador de Dios no habrá sanidad. Lo opuesto también aplica. El que vayamos al doctor y seamos sanadas no implica que Dios no estuvo involucrado en el proceso. Dios es el que sana asistiendo o no a los médicos, tomando o no los medicamentos, siguiendo o no los tratamientos.
Dios ha dado la ciencia al hombre y la misma debe usarse. La ciencia no resta fe a la persona que va al médico, toma su medicina, pide ayuda o sale a buscar un trabajo. Así que si hoy tú estas sufriendo por alguna enfermedad, no temas en orar pero también de salir y hacer lo que a tí te corresponde. Dios se glorificará mediante la ciencia que le ha dado al médico, la empresa que le ha dado al empleador o cualquier otro medio que él escoja para suplir tu carencia. En cada caso que los siervos de Dios oraron, también accionaron y tu debes hacer igual.
Amada, Dios trabaja en conjunción con nuestra iniciativa y capacidad. Su obrar no invalida nuestro deber, ni el conocimiento del hombre anula la gloria de Dios, pues él es quien ha dado la ciencia y el conocimiento al hombre (Dn 1:17) para tales propósitos.
Oración: Padre gracias por los profesionales, la ciencia y los medios de la gracia a través de los cuales Tú suples nuestras necesidades y mitigas nuestro dolor. En el nombre de Jesús, amén.
Alabanza: En Medio De La Angustia, Face2Face – https://www.youtube.com/watch?v=BPOL8fGwPrM
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