“Sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.” (Génesis 3:5)

Ser como Dios ha sido el anhelo del hombre a través de toda la historia. Y conforme a Satanás, el árbol de la ciencia del bien y del mal le ofrecía esa posibilidad; ser como Dios. Así que después de una y otra mirada, y de una y otra consideración, Adán y Eva actuaron sobre la reveladora y atractiva oferta de Satanás y comieron de su fruto.

Más, ¿qué fue exactamente lo que vieron sus ojos al considerar el fruto del árbol y que fue lo que le proporcionó la nota decisiva?

  1. Por un lado, aunque Adán y Eva gozaban de toda buena fortuna y todo el bien de Dios, querían ciencia.
  2. Por el otro lado, vieron la posibilidad de ser como Dios; independiente, autosuficiente y soberano.

Lastimosamente aunque tenían el conocimiento de la más alta y excelsa expresión del bien de Dios, subestimaron las implicaciones y consecuencias del conocimiento de la ciencia del mal y su autor. Ciertamente el conocimiento del bien y del mal es un concepto importante en todos los planos de la existencia inteligente. Pero si algo debemos saber y tener en cuenta es que el conocimiento del mal equivale a todo lo opuesto al conocimiento y experimentación del bien de Dios.

Adán como nosotras:

  • Tenía el más amplio conocimiento del bien; tenía intimidad con Dios y tenía dominio sobre la creación
  • Conocía la bondad de Dios; sabía lo que era la vida y ser creados a Su imágen y semejanza
  • Tenía el conocimiento suficiente para comprender la disciplina de incumplir el mandato de Dios
  • Sabía la importancia de seguir las órdenes de su Creador

Con todo, cerrando sus oídos al consejo de Dios se auto-proclamó agente libre e independiente, y comió del árbol del mal y se llenó de su ciencia. Su fruto contaminó la mente y el corazón del hombre llevándolo a depender de sí mismo, buscar su propia gloria, satisfacer sus propios deseos, despreciar la vida, actuar egoístamente, y auto-determinar su camino. En verdad, lo que Satanás le propuso a Adán y Eva fue ser en el mundo lo que Dios es en la eternidad… pero al revés, dioses al servicio del mal, para su propia auto-destrucción.

Amada, comprende que mientras tú y yo sigamos siendo dueña y señora de nuestra propia vida, seguiremos comiendo del fruto de la autodestrucción, la desdicha y el infortunio. Humillémonos pues, y volvámonos a Dios en completa obediencia, sumisión y adoración. Solo de él viene el bien.

Oración: Perdona Padre nuestra rebeldía y el dejar Tus delicias para comer de las algarrobas de los cerdos en el mundo. Me arrepiento y regreso a tu redil donde encontraré deleitosos pastos. En Jesús, amén.

Alabanza: Hermoso Eres, MWitt – https://www.youtube.com/watch?v=FyJfKCnCOo0

Violeta Guerra para Maestras del Bien – ©2017 Derechos reservados www.maestrasdelbien.org


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