“No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.” (Filipenses 4:11).
Mientras hablaba el otro día con un compañero pude notar como cada persona tiene una manera diferente de apreciar las cosas. El me comentaba como cumplir un año más de vida es una manera de acercarse más a su último día de vida. Mientras unos lo ven como un agradecimiento a Dios por otro año más de vida, otros lo aprecian como un año que se le resta a sus días en la tierra.
Hay una frase muy famosa que dice «puedes ver el vaso medio lleno o puedes verlo medio vacío». Una frase muy cierta. En la vida unos pueden alegrarse en medio de una situación mientras para otros la misma situación les parece estresante e incómoda.
“He aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación”. Esta declaración la hace el Apóstol Pablo. Mientras se encuentra en la cárcel en necesidad, les explica a los Filipenses cómo durante su ministerio ha tenido que aprender a estar contento cualquiera que sea su circunstancia.
El arte de contentarse es complejo. Debe ser aprendido y ejercitado. No nace de tí. No es propio del ser humano. Debe de cultivarse. Le llamo arte porque es la expresión alegre de un corazón lleno de Cristo.
Un corazón que entiende que Dios está en control de todo lo que le sucede, un corazón que se alegra en las pruebas pues sabe que de ellas saldrá fortalecido, un corazón que no ve el vaso medio vacío sino que ve el vaso medio lleno, y conoce al Dios que puede terminar de llenarlo.
¡He aprendido a contentarme!!! Querida amiga alégrate, sonríe ¡Dios nos ama! ¿que más podemos pedir?
Oración: Padre Dios, ayúdanos a aprender el arte de contentarnos, y cuando no encontremos una razón para sonreír devuélvenos el gozo de Tu salvación. En el nombre de Jesús, amén.
Alabanza: Canta Con Gozo, DMoen – https://www.youtube.com/watch?v=djBD-0ku8lg
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