Creencias

Creemos en la inspiración plenaria y sobrenatural de la Palabra de Dios en sus documentos originales. Que ambos Testamentos, componen el definitivo de Dios, sin error en todas sus enseñanzas, y que es la autoridad suprema y final en todas las cuestiones de fe, conducta y práctica. (Mt 5:18; Jn 17:17; 2 Tim 3:16-17; 2 Pd 1:19-21; Ap 22:18-19). Creemos que son la guía infalible y todo suficiente para que el hombre entienda y encuentre el camino de la salvación (Sal 119:105; 2 Tim 3:15), aprenda a adorar a Dios correctamente (Juan 4:22-24), y a vivir en amor en este mundo (Ef 5:1-2) desplegando una conducta piadosa (Tit 2:11-12). Creemos en un solo Dios, Creador y Señor del universo, eternamente existente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo (Gn 1:1; Dt 6:4; Mt 28:19; Mc 12:29; Jn 10:30; Hch 5:3-4; 2 Cor 13:14; He 1:1-3)

Creemos en el nacimiento virginal de Jesús, concebido por obra del Espíritu Santo y nacido de la virgen María. Que vivió una vida sin pecado, expió el pecado del hombre, se levantó corporalmente de entre los muertos al tercer día y ascendió al cielo donde está sentado a la diestra de Dios. Que es el único mediador entre Dios y el hombre (Is 7:14, 9:6-7, Mt 1:18-25, Mc 14:61-62, Lc 3:22, Jn 1:1-3, 14, 29, 5:18, 8:58, 10:30, 2 Cor 5:21; Fil 2:5-11, Col 2:9, 1 Tim 2:05, 1 Jn 5:20)

Creemos en la seguridad eterna del creyente. Creemos que el pecado puede interrumpir el gozo y comunión con Dios y atraer la disciplina amorosa del Padre Celestial (Jn 10:27-29; I Jn 5:11-13; Rom 8:33-39; 2 Tim 1:12). Creemos que todas las personas son pecadores perdidos y no pueden ver el Reino de Dios, sino por el nuevo nacimiento, que se opera a través del arrepentimiento del pecado y la fe en Dios. La justificación es por gracia mediante la fe en Cristo sólo. (Jn 1:11-13, 3:16, 5:24, 10:28-30, 14:6, Rom 3:23-26, 6:23, Ef 2:8-10, Tit 3:5, He 7:24-25, 1 Pd 1:18-19, 1 Jn 5:11-13)

Creemos en la necesidad de la obra regeneradora del Espíritu Santo para el nuevo nacimiento, el crecimiento y la madurez. Cada creyente está permanentemente habitado por el Espíritu Santo y llamado a vivir y caminar en dependencia de Su poder a fin de dar fruto para la gloria de Dios y no satisfacer los deseos de la carne. (Jn 14:16-17, 26, 15:26-27, 16:7-15, Hch 1:8, Rom 8:9, 14, 1 Cor 2:10-11, 6:19, 12:4 – 13; 2 Cor 3:18, Gál 5:16-18, 22-23, Ef 4:30, 5:18-21)

Creemos que Jesucristo es la Cabeza exclusiva de la Iglesia, que se compone de los creyentes en todas partes del mundo. A nivel local, la iglesia es un grupo de creyentes que se organizan para hacer la voluntad de Dios. Su llamado es para adorar a Dios y dar testimonio de su relación con Jesucristo, cumpliendo la Gran Comisión de predicar el Evangelio a toda criatura, y demostrar su compromiso de servicio compasivo a los hombres junto con la promoción del amor y la justicia (Hch 2:41-47, 1 Cor 12:13, Ef 1:22-23, Col 1:18, He 10:25)

Creemos que Jesucristo regresará personal y visiblemente en gloria para resucitar a los muertos y dar justa retribución a vivos y muertos, por lo que urge que el pecador se arrepienta. Dios se manifestará plenamente en su Reino cuando se establecerá un nuevo cielo y nueva tierra, en el que Él será glorificado para siempre, y estarán ausentes el mal, el sufrimiento y la muerte (Jn 14:2-3; 14:10-12 Rom, 1 Cor 15:51-54; 2 Cor 5:10, 1 Tes 4:15-17, Ap 20:11-15, 22:12-17)

Creemos que urge regresar al diseño y plan original de Dios para el hombre y la mujer, para bendición de la familia, la iglesia y la sociedad, y la gloria de Dios.

Maestras del Bien apoya el Danvers Statement. (Para traducción al Español PULSAR AQUI)